ESCUELA EFETA
BILINGUE PARA NIÑOS SORDOS
Ubicación: La escuela Efeta, Bilingüe para niños sordos, funciona en la calle Buenos Aires Nº 362, en la ciudad de Salta.
Historia: Efeta fue creada en 1974, es la única escuela en la especialidad, en la provincia de Salta, pública y gratuita. Depende de la Dirección de Regímenes Especiales. Ministerio de Educación de la Provincia de Salta.
Efeta, como comúnmente se cree, no es una sigla; es la palabra que pronunció Jesús cuando curó a una persona sorda. En idioma arameo significa “ábrete”, “oye”.
Desde su creación hasta 1983, la pedagogía de trabajo estaba sustentada por la corriente oralista. La evaluación de la tarea educativa indicaba que los esfuerzos y logros alcanzados, no eran los esperados. Es por ello que se produce un significativo giro en la didáctica tradicional, con un abordaje en el proceso de aprendizaje, en el cual los docentes planteaban situaciones y experiencias para que los niños construyan su saber.
A pesar de ello, otros factores llevaban a reflexionar, nuevamente, acerca de la tarea diaria pues los recursos que se utilizaban tampoco eran adecuados y resultaban insuficientes.
Efeta toma conocimiento de lo que se postula en la 2da Conferencia Latinoamericana de Sordos, que tuvo lugar en Buenos Aires, a fines del año 1985. En ella se pone de manifiesto que la lengua de la personas sordas es la que posibilita una participación efectiva. Teniendo en cuenta este principio, Efeta comienza a registrar las señas de los alumnos, como así también, invita en el año 1990, a una profesora de Lengua de Señas Argentina, para que dialogue con esta comunidad educativa.
El 25 de junio de 1991 se realizaron las “Primeras Jornadas Regionales del NOA sobre Educación Bilingüe en el niño Sordo”, organizadas en la provincia de Salta, por Efeta, desde entonces y hasta la fecha, esta escuela adopta la modalidad bilingüe para la educación del niño sordo.
La posibilidad del uso de su propia lengua, les permite a los alumnos sentirse respetados en su condición de sujeto sordo, plantear sus inquietudes, dudas, conflictos (tanto en el ámbito escolar como familiar); se muestran más tranquilos porque tienen la posibilidad de expresar lo que les molesta o angustia, lo que desean o rechazan, porque existe alguien que los “escucha”.
En relación a lo pedagógico, logran acercarse más a cumplir con los contenidos curriculares de la escuela común. Acceden a la lectura y escritura en forma más temprana. Aprenden la lengua oral más distendidos, sin sentirse presionados, sino, por el contrario, vivenciándola como lengua necesaria para poder ser partícipes del mundo de los oyentes.